
«Hoy estoy bastante mejor pero sigo estando admirada de Willy y harta de algunas “típas” que si pudiera las “tritudaba”. En clase me lo pasé “atope” estoy intentando hacerle creer a Javi que estoy por “el”(…)»
Belén Fernández Vilar 26/04/1989

Entre los doce y los catorce años me ilusioné mucho con un compañero de clase. Decir de antemano que jamás tuve nada con él. Porque no quiso. En mi inocencia, siempre esperé de él: mi primer beso.
Me gusta releer a aquella Belén adolescente. (Soy afortunada por conservar este diario que, recoge vivencias desde los ocho hasta los quince).
Me encanta releer a aquella Belén que repitió curso por primera vez. No tenía tiempo para estudiar. Soñaba despierta con el amor que había leído en los cuentos de hadas y eso requería muchas horas al día.
Jamás dudó de que el tal «Willy», se podía fijar en ella. Es más, en el fondo estaba segura de que antes o después, se daría cuenta de lo mucho que la amaba.
Pasaron algunos años (no muchos), y se instaló en su cabeza la falsa creencia, de que ese amor tan inocente no pudo ser, porque era fea y gorda.
Ese horrible pensamiento la acompañó durante mucho tiempo. Se olvidó de que, al principio creía en el amor. Que imperaba la esencia y no el físico. Ella se sentía merecedora de ESE PRIMER BESO. Si no llegó fue por otras causas.
Hoy, enero del 2021 fusiono por primera vez a esa adolescente de catorce años, con esta granDiosa mujer de cuarenta y cinco.
Ambas poderosas. Ambas convencidas de que ya han encontrado el amor de los cuentos de Hadas.
Un amor que no morirá jamás, un amor eterno, un amor de almas…
Ese gran amor que siempre estuvo ahí: con catorce, con treinta, con cuarenta y seguirá junto a mí y mis edades, por los siglos de los siglos.
Te amo Belén.
